La fuerza de las ideas es indudable, pero si no se acompañan de una organización sólida y eficaz, no lograrán su eficacia. La organización es la que hace que las ideas se conviertan en acción y que los sueños se conviertan en realidad. Sin ella, nos quedamos en la etapa de la teoría y el discurso, y perdemos la oportunidad de lograr un cambio real y duradero.
Por eso, es importante que nos esforcemos por construir organizaciones fuertes y sólidas, capaces de llevar adelante las ideas y transformarlas en acciones concretas. Debemos trabajar juntos, codo a codo, para lograr nuestros objetivos, sin dejar que las diferencias secundarias nos dividan y debiliten.
No podemos permitir que la falta de organización nos impida avanzar hacia nuestras metas. Debemos ser disciplinados y perseverantes, y estar siempre dispuestos a trabajar duro y sacrificarnos por la causa que defendemos. Solo así podremos decir con certeza que estamos avanzando hacia la victoria.
