Nosotros sabemos cuál sería el resultado de una batalla perdida, y también tienen que saber los gusanos cuál es el resultado de la batalla perdida hoy en Cuba.

La victoria revolucionaria en Cuba no fue algo casual o fortuito, sino que fue el resultado de una lucha larga y ardua, una lucha en la que cada revolucionario desempeñó su papel. Fue gracias a la determinación y el compromiso de cada uno de ellos que hoy disfrutamos de la libertad y la independencia que tanto anhelábamos.

Sin embargo, no podemos bajar la guardia. La historia nos ha demostrado que los enemigos de la revolución no descansan, que están preparados para hacer lo que sea necesario para derrotarnos. Pero también sabemos que no hay fuerza capaz de vencer a un pueblo unido y decidió a defender su libertad.

Por eso, debemos recordar siempre que ser revolucionario no es una opción, es un deber. Debemos estar siempre alerta, preparados para enfrentar cualquier amenaza que se presente en nuestro camino. Debemos ser ciudadanos de nuestro deber, comprometidos con la construcción de una sociedad justa y equitativa.

Porque la revolución siempre es un canto inconcluso, una lucha que nunca termina. Debemos seguir adelante, con la misma fuerza y ​​la misma determinación que nos llevó a la victoria. Debemos seguir luchando por nuestros ideales, por nuestra patria, por nuestro pueblo. Solo así podremos garantizar un futuro mejor para todos.