No soy un libertador. Las libertades no existen. Son los pueblos quienes se liberan a si mismos.

La historia está llena de líderes que se autodenominan «libertadores», pero lo cierto es que la verdadera liberación de los pueblos no viene de un individuo, sino de la fuerza y ​​la determinación de los mismos. Esta frase, «No soy un libertador. Las libertades no existen. Son los pueblos que se liberan a sí mismos», es un recordatorio importante de que ningún líder o héroe es capaz de lograr la liberación completa de un pueblo.

Es cierto que los líderes pueden inspirar, guiar y apoyar a los pueblos en su lucha por la libertad, pero en última instancia, son los propios ciudadanos quienes deben tomar las riendas de su propio destino. La verdadera liberación no puede ser impuesta desde arriba, sino que debe ser un movimiento orgánico y auténtico que proviene de las bases de la sociedad.

Esta idea es particularmente relevante en la actualidad, cuando vemos en todo el mundo un aumento en la lucha por la justicia social y la libertad. La verdadera liberación solo se logrará cuando las personas se unan para exigir un cambio real y sostenible. Los líderes pueden liderar y apoyar estas luchas, pero es la fuerza y ​​el poder de la gente lo que verdaderamente cambiará el mundo.

Por eso, es importante recordar que no hay ningún libertador o héroe que pueda resolver todos nuestros problemas. La liberación real viene de la unión y el trabajo en conjunto de las personas comunes y corrientes que luchan por la justicia y la igualdad. Así que, no esperemos a que alguien más resuelva nuestros problemas, tomemos acción y trabajemos juntos para lograr nuestra propia liberación.