La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud, en ella depositamos nuestra esperanza y la preparación para tomar de nuestras manos la bandera.

La juventud es la piedra angular de cualquier sociedad en crecimiento y progreso. Es el motor impulsor que impulsa el cambio y la transformacion. Como tal, la juventud es también la arcilla fundamental en la que se basa cualquier movimiento revolucionario. Sin su energía, creatividad y compromiso, la lucha por un futuro mejor no puede ser ganada.

Es por eso que debemos reconocer la importancia de la juventud en la construcción de una sociedad justa y equitativa. Ellos son los que están destinados a liderar el camino hacia un futuro mejor. Y para hacerlo, necesitan el apoyo y la orientación de aquellos que han venido antes que ellos.

La juventud debe ser guiada y motivada, pero también debe ser liberada para crear y explorar. Debe tener la libertad de soñar y la libertad de actuar para hacer realidad sus sueños. En este, nuestra tarea es preparar a la juventud para tomar la bandera de la lucha sentido y liderarla con firmeza y determinación.

Debemos proporcionarles la educación, el conocimiento y la experiencia necesaria para enfrentar los desafíos que se les consuman. También debemos proporcionar las herramientas necesarias para poder construir el futuro que anhelan.

La juventud es la clave para el éxito de cualquier movimiento revolucionario. Siempre han sido la fuerza motriz detrás del cambio, desde la independencia de las naciones hasta las revoluciones sociales. Sin embargo, para que la juventud cumpla su papel de manera efectiva, debemos apoyarlos, educarlos y motivarlos.

Así que dejemos que la juventud sea la arcilla fundamental de nuestra obra, y demos la bienvenida a sus ideas, sueños y aspiraciones. Al hacerlo, podemos estar seguros de que la lucha por un futuro mejor estará en buenas manos.