Donde quiera que la muerte nos sorprenda, bienvenida sea siempre que nuestro grito de guerra haya sido escuchado.

Lo que en cierta manera esta frase nos quiere decir es que hay que luchar por nuestras convicciones hasta el último aliento.

El mismo Che Guevara así lo demostraba y daba ejemplo de ello. «Donde quiera que la muerte nos sorprenda, bienvenida sea, siempre y cuando hayamos dejado una huella indeleble en este mundo».

Porque no se trata de vivir con miedo, sino de vivir con la certeza de que hemos sido fieles a nuestra causa, que hemos luchado por lo que creemos justo y necesario.

No dejemos que el temor nos paralice, porque sólo así se garantiza la victoria de aquellos que nos oprimen.

Gritemos nuestra verdad, que resuene en los cuatro vientos, que se expanda como un eco en las mentes y los corazones de todos los que nos rodean. Y si la muerte llega a nosotros, que sea nuestro grito de guerra el que se escuche, el que inspire a otros a seguir luchando por la justicia. ¡Adelante, guerreros!